Se nos propone una definición utópica de la salud en la que debemos acceder a un completo bienestar físico, social y mental y no simplemente la ausencia de afecciones o enfermedad. Sin embargo, ¿cuántas son las personas que pueden lograr tal estado?
Fundamentalmente por el concepto cabal de bienestar. Aún más, ¿es posible sostener dicha situación en el tiempo? ¿O, a lo sumo son momentos únicos de completa felicidad? La salud se convierte por lo tanto, en una ilusión, algo inalcanzable a lo que no podemos llegar, pero nada más alejado de la realidad: todos debemos y tenemos el derecho de vivir en salud. Incluso si tenemos una enfermedad, podemos encontrar nuestro estado de salud en ella y vivir de la mejor manera posible para nosotros.
Mucho se ha discutido sobre la definición de salud y su conceptualización. Salud es un concepto tan amplio que permite una significación individual en tanto y en cuanto la percepción subjetiva de bienestar es inherente al concepto en sí mismo. Por lo tanto, resulta ineludible la personalización de la salud y la vivencia única de cada persona en su compleja existencia.
Cada uno, con su bagaje genético, su ambiente, sus experiencias, sus costumbres, sus amigos y familiares, se acerca o se aleja de su noción de salud. Pocas veces nos sentamos a pensar sobre el significado de salud para nosotros, qué nos sucede cotidianamente y cómo afecta esto a nuestra vida.
Plantémonos entonces, ¿qué es salud para mí? ¿Cómo me gustaría vivir, cómo me gustaría sentirme? ¿A dónde quiero llegar y cuáles son mis objetivos relacionados a la salud? ¿Cuánto de lo que hago yo, se relaciona a cómo me siento?
Desde Makam Salud Consciente consideramos que la salud es un estado de equilibrio relacionado con la mejor versión de esa persona y a través de la atención personalizada e integral buscamos que cada uno de nuestros pacientes lo alcance, pueda vivir en ese estado, lo construya activamente y lo disfrute.
Todos tenemos situaciones que nos afectan, a algunos nos limitan más y otros menos, pero siempre existe un abanico de posibilidades sobre las que podemos trabajar para sentirnos mejor. Es ahí donde está ese estado de salud, es personal, adaptado a la realidad de cada uno.
Otro aspecto fundamental a tener en cuenta es la perspectiva integradora a la hora de hablar de salud. No tomamos únicamente en cuenta el cuerpo físico sino a la persona en su totalidad, su espiritualidad, su contexto sociocultural y afectivo, su microbiota, su medio ambiente, sus pensamientos, su cotidianeidad, su psiquis. No se trata de creer en algo más de lo que vemos o lo que uno u otro piensa, sino de lo que ya se ha demostrado científicamente hace décadas y es que somos un organismo complejo cuyo funcionamiento depende de la interacción de varios sistemas influenciados por la alimentación, la manera en la que nos sentimos y percibimos al mundo, nuestra actividad, microbioma, ambiente y componente genético.
Por lo tanto, es necesario abordar todas estas áreas a la hora de resolver o mejorar la calidad de vida de un paciente, para obtener los resultados adecuados y poder sostenerlos en el tiempo. Aprovechar cada aspecto de la vida de la persona de manera que construya salud y sea un aliado de su bienestar.
Por último, destacamos la relevancia de una construcción consciente de la salud desde Makam. Uno no puede esperar que la salud esté a cargo de un tercero, que sea otra persona la que nos diga qué hacer o dejar de hacer, o decida por nosotros qué es lo mejor. La salud es un aspecto fundamental de nuestras vidas, que nos permite desarrollarnos y vivir plenamente, no podemos ceder ese poder. Desde Makam fomentamos que nuestros pacientes conozcan qué les pasa y por qué, entiendan su situación y comprendan las posibles soluciones para su problema, eligiendo aquella que ellos consideran más adecuada. Fomentamos y practicamos la toma de decisiones compartidas, donde el paciente es el protagonista y se responsabiliza sobre su salud. Esto permite un compromiso con los cambios de vida que suelen ser necesarios para revertir o mejorar una patología. Si uno entiende por qué hace lo que hace, empieza a realizarlo con consciencia, comprendiendo la relevancia de sus actos y las enormes consecuencias que traen aparejados para su vida y la de sus seres queridos y cercanos.